SECCIÓN 4 ¿POR QUÉ ME
SIENTO ASÍ?-1989
¿CÓMO PUEDO VENCER LA
SOLEDAD? CAPITULO 14
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La
soledad te avisa que necesitas compañerismo, estar cerca de otros, tener amigos
íntimos. Para que el cuerpo funcione bien necesitamos alimento. De igual modo,
para sentirnos bien necesitamos la compañía de otros.
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Cuando
apartas una brasa de las demás, pierde su fulgor. Pero si la colocas de nuevo
entre las demás, ¡vuelve a resplandecer! De manera similar, nosotros no
“fulguramos” o funcionamos bien por mucho tiempo si nos aislamos. Por
naturaleza, nosotros los humanos necesitamos la compañía de otras personas.
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A
SOLA, PERO SIN SENTIRSE SOLO.
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Los
momentos de soledad pueden ser muy satisfacientes cuando se emplea bien. Marcos
1:35
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Dios
no dijo: “No es bueno que temporalmente el hombre esté solo”. Más bien, Dios
dijo que no era bueno que el hombre “continuara solo”, Génesis 2:18-23.
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La
Biblia advierte: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda
sabiduría práctica estallará”. Proverbios 18:1
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SOLEDAD
TEMPORAL.
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Eclesiastés
7:10.
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No
se puede vivir en el pasado.
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SOLEDAD
CRÓNICA.
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Es
más grave que la soledad temporal. (…) Difieren tanto entre sí como el refriado
común difiere de la pulmonía.
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El
primer paso es tratar de entender qué la causa. (Proverbios 1:5.)
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Si
quieres vencer la soledad, puede que la clave esté en que edifiques en tu
estimación propia.
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Si
desarrollas lo que la Biblia llama “la nueva personalidad”, caracterizara por
bondad, humildad mental y apacibilidad, ¡de seguro verás que tu amor propio
crece! (Colosenses 3:9-12.)
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Cuando
aprendes a verte de mejor manera tus buenas cualidades atraen a otros. Pero así
como solo se puede apreciar todo el colorido de una flor cuando está abierta,
nadie podrá apreciar plenamente tus cualidades sino hasta cuando te hagas
tratable y amigable con la gente.
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CÓMO
ROMPER EL HIELO.
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Para
la salud mental, “el mejor consejo para el que se siente solo es tratar con
otras personas”. Esta recomendación concuerda con el consejo bíblico de
“ensancharse” y compartir sentimientos de compañeros; es decir, manifestar
empatía. (2 Corintios 6:11-13: 1 Pedro 3:8.) Da resultado. El interesarte en
otros no solo te ayuda a olvidar tu propia soledad, sino que hace que otros se
interesen en ti.
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El
paso siguiente es entrar en conversación con la gente.
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Los
actos bondadosos y un espíritu generoso también te ayudarán a edificar
amistades valiosas. (Proverbios 11:25.)
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También
recuerda que puedes tener un amigo que nunca te abandonará, Jesucristo. (Juan
16:32.)
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La
amistad con Jehová Dios es la mejor curación para la soledad.
¿POR QUÉ SOY TAN TÍMIDO? CAPITULO 15
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El
tímido se queda sin amigos y pierde oportunidades.
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La
Biblia dice que Moisés mostró timidez en cuanto a servir como portavoz de Dios
a la nación de Israel. (Éxodo 3:11,13; 4:1, 10,13.) Parece que también el
discípulo cristiano Timoteo era tímido y no tenía la confianza de hablar
francamente y ejercer del modo debido su autoridad. (1 Timoteo 4:12; 2 Timoteo
1:6-8.)
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EN
QUÉ CONSISTE LA TIMIDEZ.
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La
timidez es un sentirse incómodo entre la gente… desconocidos, personas de
autoridad o del sexo opuesto, o hasta los propios compañeros o amigos de uno.
Es un cohibirse que afecta a sus víctimas de diversas maneras. Algunos se
avergüenzan, bajan la cabeza mientras el corazón les late violentamente, y no
pueden hablar. Otros pierden la compostura y empiezan un parloteo imparable. A
otros se les hace difícil hablar con franqueza y dar a conocer sus opiniones y
preferencias. Con todo, una medida de timidez tiene sus aspectos favorables.
(Miqueas 6:8.)
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Un
buen comienzo es entender el problema. (Proverbios 1:5.) La timidez no describe
lo que eres; describe tu comportamiento, tu reacción a ciertas situaciones, el
modo de responder que has seguido y alimentado mediante experiencias con otros.
Tú crees que otros te juzgan mal, que no les caes bien. Crees que los demás son
mejores o más normales que tú. Crees que no tendrás éxito si tratas de
relacionarte con otras personas. Esperas malos resultados, y a menudo ocurre así…porque
estás tenso y actúas según lo que crees.
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CÓMO
AFECTA TU VIDA LA TIMIDEZ.
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El
retraerte y no hablar francamente, o estar tan preocupado contigo mismo que no
prestes atención a los demás, pudiera dar la impresión de que eres orgulloso,
poco amigable, aburrido o hasta indiferente o ignorante. Por estar pensando en
ti mismo se te hace difícil concentrarte en lo que se esté considerando. Por
eso prestas menos atención a la información que recibes.
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No
llegas a tener gozo de conocer a otras personas ni hacer nuevos amigos ni
participar en actividades que enriquecerían tu vida. Pero los demás también
salen perdiendo. Nunca llegan a conocerte como verdaderamente eres.
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CÓMO
VENCER LA TIMIDEZ.
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En
primer lugar, no te preocupes de si la otra persona te está evaluando o no. “El
que menosprecia a su prójimo carece de entendimiento.” (Proverbios 11:12.)
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Si
alguien merece ser tu amigo, será la persona que no te juzgue por lo externo,
sino por la clase de persona que eres.
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Trata
de pensar de modo edificante. Nadie es perfecto; todos tenemos nuestras
virtudes y nuestras debilidades.
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El
que alguien no opine como tú en ciertos asuntos no significa que no le caigas
bien.
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Aprende
también a juzgar imparcialmente a los demás.
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Lucas
6:37,38: “Dejen de juzgar, y de ninguna manera serán juzgado; y dejen de
condenar, y de ninguna manera serán condenados. (…) Practiquen el dar, y se les
dará. (…) Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio”.
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Puedes
vencer la timidez si:
. Quieres cambiar, y crees que puedes
hacerlo.
. Reemplazas los pensamientos
desalentadores con acción que signifique progreso.
. Te fijas metas realistas y
significativas.
. Aprendes a relajarte y a encararte
a la inquietud.
. Ensayas de antemano qué hacer en
las situaciones.
. Aumentas poco a poco tu confianza
con buenas experiencias.
. Recuerdas que hay diferencias de
opinión y lo demás también se equivocan.
. Practicas para mejorar las
aptitudes que tienes y adquirir otras.
. Te esfuerzas por mostrar amor y
ayudar a otros.
. Vistes con buen gusto y obras con
confianza.
. Confías en la ayuda que Dios da.
. Asistes a las reuniones cristianas
y participas en ellas, y compartes tu fe con otras personas.
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CÓMO
EMPEZAR.
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Por
eso, aprende a ser sociable… a saludar a la gente y a entablar conversaciones.
Puede ser tan sencillo como el hacer un comentario sobre las condiciones del
tiempo. Recuerda: tú solo tienes el 50% de la responsabilidad. La otra mitad
recae sobre la otra persona. Si cometes algún error al hablar, no te sientas
mal. Si los demás se ríen, aprende a reírte junto con ellos. El decir: “Parece
que eso que dije no me salió bien”, te ayudará a relajarte y a seguir con la
conversación.
Viste cómodamente, pero asegúrate de
que tengas la ropa limpia y planchada. El saber que luces bien minimiza tus
temores a este respecto, y te ayuda a concentrarte en la conversación. Párate
derecho… pero con naturalidad. Sé simpático y sonríe. Mira amigablemente a la
otra persona y asiente con la cabeza o verbalmente cuando ella hable.
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Practica
de antemano lo que vayas a decir.
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1
Samuel, capítulos 9 y 10
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1
Samuel, capítulo 11.
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Mateo
24:14
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Si
sirves fielmente a Dios él te bendecirá y te ayudará a sobreponerte a tu
timidez.
3-LOS AMIGOS-2008
¿QUÉ PUEDO HACER SI ME SIENTO SOLO? CAPITULO 9
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Tú
puedes acortar la distancia que te separa de los demás.
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Sientes
como si hubiera un obstáculo que te separa de los demás. La voz te sale
entrecortada cada vez que tratas de iniciar una conversación. Y cuando tienes
la oportunidad de estar con otros, la timidez te paraliza.
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PRIMER
OBSTÁCULO: UNA OPINIÓN NEGATIVA DE TI MISMO.
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Algunos
son demasiado críticos consigo mismo. Están convencidos de que no le caen bien
a nadie y de que no tienen nada interesante que decir. Si tú también tienes esa
actitud, se agrandará la distancia que te separa de otros.
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Solución:
concéntrate en tus puntos fuertes. (2 Corintios 11:6).
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Es
verdad que tiene defectos, y es bueno estar al tanto de cuáles son (1 Corintios
10:12). Pero también tienes mucho que ofrecer. Si estás consciente de tus
puntos fuertes, te sentirás más seguro y podrás liberarte de la mala opinión
que tienes de ti mismo.
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SEGUNDO
OBSTÁCULO: LA TIMIDEZ.
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Te
encantaría entablar una conversación, pero cuando se presenta la oportunidad,
te quedas mudo.
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Solución:
interésate por los demás.
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No
te limites a hablar con gente de tu edad. (Rut 1:16,17 ; 1 Samuel 18:1; 1
Corintios 4:17
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Recuerda
que una conversación es un diálogo entre dos personas, no un monólogo. A la
gente le gusta que la escuche. Y esto es un punto a tu favor: no tienes que
llevar el peso de la conversación.
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1
Pedro 2:17
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TERCER
OBSTÁCULO: UN TRATO DESAGRADABLE.
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Eclesiastés
7:16
-
Eclesiastés
10:14; Proverbios 10:19
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Solución:
aprende a ponerte en el lugar de los demás. (1 Pedro 3:8). Aunque no estés de
acuerdo con los demás, ten paciencia y deja que cada cual diga lo que piensa.
Céntrate en las cosas en las que sí concuerdas. Y si opinas algo diferente y
crees que debes decirlo, hazlo con tacto y con calma.
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Háblales
a los demás como te gustaría que te hablaran a ti. Filipenses 2:14
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Sea
siempre amables e inteligentes al hablar. (Colosenses 4:6).
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Una
sugerencia: Trata de que la conversación no se detenga.
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¿AMIGOS
A TODA COSTA?
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No
es lógico pensar que vas a caerle bien a todo el mundo. (Juan 15:19). Por eso,
no vale la pena tratar de hacer amigos a toda costa. Aun así, haz lo posible
por llevarte bien con los demás, pero no hasta el punto de traicionar tus
valores cristianos. (1 Samuel 2:26).
¿CÓMO PUDO MI AMIGO HACERME ALGO ASÍ? CAPITULO 10
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Romanos
12:18
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¿QUÉ
FUE LO QUE PASO?
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Eclesiastés
7:22
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¿SE
PUEDE SALVAR UNA AMISTAD?
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Dependiendo
de lo que haya sucedido y de lo mucho que valores esa amistad. Buscarás la
forma de salvarla.
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Al
igual que la ropa, una amistad deteriorada también se puede arreglar.
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Salmo
4:4
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1
Pedro 4:8
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Si
un amigo tuyo revela algo que le confiaste, ¿no será que decírselo fue en
realidad una imprudencia de tu parte?
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En
una relación sana, cada amigo respeta el espacio del otro (Proverbios 25:17).
Pero la persona que acapara el tiempo y la atención de sus amigos acaba
asfixiando la amistad.
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Si
un amigo se burla de ti, ¿no será porque tal vez hablaste demasiado o porque
dijiste algo sin pensar? (Proverbios 15:2).
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“¿NO
CREES QUE DEBERÍAMOS HABLAR?”
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Supongamos
que no puedes hacer borrón y cuenta nueva. Lo más recomendable es que hables
con tu amigo. Eso sí, no lo hagas cuando estés enojado. (Proverbios 15:18).
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Cuando
por fin vayas a hablar con tu amigo, recuerda que el objetivo no es devolver
“mal por mal” (Romanos 12:17). Lo que buscas es aclarar las cosas y recuperar
su amistad (Salmo 34:14). Sé sincero; háblale con el corazón en la mano. (…)
Una vez que sepas cuál es la causa del problema, será más fácil resolverlo.
Pero aun en el caso de que tu amigo no te cuente lo que le pasa, te sentirás
mejor sabiendo que al menos tú intentaste hacer las paces.
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Proverbios
18:24
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Antes
de sacar conclusiones apresuradas, escucha la versión de tu amigo (Proverbios
18:13).
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Es
cierto que entre los buenos amigos también hay tensiones. Pero cuando eso
suceda, esfuérzate por salvar la amistad. Al estar dispuesto a resolver las
diferencias, demostrarás que te estás convirtiendo en un adulto maduro y
responsable.
¿QUÉ HAY DE MALO EN HACER AMIGOS POR INTERNET? CAPITULO 11
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NO
PASES POR ALTO LOS PELIGROS.
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¿Verdad
que jamás se te ocurriría pasear por un vecindario peligroso con los ojos
vendados? Pues tampoco sería lógico “pasear” por la Red sin estar al tanto de
los peligros.
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Es
más que probable que te encuentres con gente sin escrúpulos.
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Basta
con que des unos pocos datos por internet para que alguien con malas
intenciones pueda localizarte.
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“LOS
QUE ESCONDEN LO QUE SON”.
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Salmo
26:4
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TOMA
PRECAUCIONES
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Por
supuesto, no podemos negar que Internet es un instrumento muy útil.
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Controla
el tiempo que pasas en línea. (Efesios 5:15,16).
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Comunícate
solamente con gente que conoces o con aquellos cuya identidad puedes comprobar.
(Romanos 16:18).
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Si
haces alguna transacción comercial, ten mucho cuidado. (Mateo 10:16).
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Antes
de enviar una foto tuya a tus amigos, pregúntate si es digna de un siervo de
Dios. (Tito 2:7,8).
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Actúa
como si hablaras cara a cara. (Efesios 5:3,4).
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Nunca
ocultes lo que haces en Internet. (Hebreos 13:18).
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“VALE
LA PENA ESPERAR”
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Génesis
2:18
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Pero
recuerda que debes ser prudente al escoger a tus amigos.
¿QUÉ TIENE DE MALO HABLAR DE OTROS? CAPITULO 12
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Si
uno creyera todos los rumores que circulan por ahí, pensaría que la vida de la
gente es como una telenovela.
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Gracias
al correo electrónico y a los mensajes cualquier persona malintencionada puede
echar a perder tu reputación sin siquiera abrir la boca. Solo tiene que
presionar unas cuantas teclas para enviar un mensaje falso a esa gente que
siempre quiere estar al tanto de todo.
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Cuando
le prestas atención a un chismoso, te conviertes en su cómplice, pues le estás
dando luz verde para que siga esparciendo sus chismes.
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La
Biblia recomienda que los cristianos “se preocupen” por “las cosas de los
demás” (Filipenses 2:4). Claro eso no quiere decir que podamos entrometernos en
la vida de la gente (1 Pedro 4:15).
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Es
difícil decir que nos interesamos por los demás si nunca hablamos de ellos.
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HAZ
QUE LA CONVERSACIÓN TOME OTRO GIRO.
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El
chisme es un arma peligrosa que puede echar a perder la reputación de una
persona.
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Proverbios
12:18
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Piensa
bien lo que vas a decir.
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Si
alguien te quiere contar un chisme, puedes decirle que no te gusta hablar de la
gente, y menos cuando la persona no está presente para defenderse.
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1
Tesalonicenses 4:11
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Tener
fama de chismoso es a menudo peor que ser víctima del chisme.
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CUANDO
TÚ ERES BLANCO DE LAS HABLADURÍAS.
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Eclesiastés
7:9
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Evita
hacer una montaña de un grano de arena. (Eclesiastés 7:21,22).
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Es
cierto, el chisme nunca está justificado. Pero reaccionar exageradamente podría
perjudicarte más que el propio chisme.
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Debes
ser sensato y cambiar de conversación cuando se empieza a hablar mal de
alguien. Y si alguna vez llega a tus oídos un comentario poco amable sobre ti,
sé maduro y procura no hacer un drama. Deja que tus buenas obras hablen por ti
(1 Pedro 2:12). De este modo, te llevarás bien con todo el mundo y conservarás
tu reputación ante Jehová.
